sábado, 3 de noviembre de 2007

SONIA ESTRADA O LA REAFIRMACIÓN

La conocí el año 1999. Desde entonces sigo con alegría sus progresos en la expresión plástica. Reconozco en la temática de su pintura el realismo universal, con el que Sonia suele identificar su estilo, como respuesta directa al encasillamiento costumbrista en el que sus críticos se empeñan en ubicarla.
Ella nos trasmite desde el trazo fuerte y estilizado de sus obras una extraña luminosidad, sólo explicable desde la bondad de su mirada andina. Sus colores y el trazo firme de las formas de sus personajes o motivos, se constituyen en silenciosos puentes con el estilo con el que hubieran sido tratados por Humareda, Sabogal y Vinatea Reynoso en el Perú, y por Van Gogh y Toulouse de Lautrec en el extranjero. Es de ellos que se considera admiradora. Guarda una especial deferencia por los estilos y sentimientos de Víctor Humareda y Vincent Van Gogh. Al primero lo conoció en 1982, cuando embelesó con el mágico realismo con el que pintó la pileta de la Escuela de Bellas Artes. Desde entonces fue su discípula, primero en su taller del Hotel "Lima" en la Victoria y hoy desde la vivencia de su recuerdo, siempre tierno, siempre maestro. Al segundo, lo descubrió en el corazón de Humareda y lo reencontró en Europa, donde también redescubrió a Toulouse al desandar el Moulin Rouge y beber de los multicolores rumores de los rincones en los que el pintor encontró más humanidad que en cualquier otro lugar formal de la ciudad. Fue igualmente en París que se reencontró con César Vallejo con quien desde el bullicio del silencio, bajo una sonriente llovizna, libó un vaso de chicha de jora y sintió en sus manos la tibia caricia del poeta.
Sonia Estrada es, sin duda, no una promesa sino una realidad que nos da un motivo más para reencontramos con nuestra real identidad. Por ello, le auguramos en esta muestra que con acierto promueve ESAN, el éxito que con creces se ha ganado, animada por la transparencia de su sencillez andina y el amor de Ever, Gabriel y Tania sus mejores críticos y el punto de apoyo que como mujer y madre precisa para sentirse más cerca del corazón de la humanidad.
Lima-Perú, septiembre de 2003
Iván Rodríguez Chávez Rector de la Universidad Ricardo palma

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